El obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecin, presidió la misa en acción de gracias en la Catedral al cumplirse 58 años de la creación del Instituto Superior “Presbítero Manuel Alberti” –entidad educativa que pertenece al Obispado de Goya- y al celebrarse 30 años del nivel superior. Participaron directivos, docentes, entre ellos, algunos fundadores.
“El Señor Jesús que fue enviado por el Padre, con la misión de evangelizar y de anunciar a todos los hombres la Buena Noticia, tenía la experiencia de estar sostenido por la cercanía, el amor y la presencia del Padre” dijo al comenzar la homilía.
“Jesús tenía la experiencia de que para la misión se necesita tener certezas existenciales vitales y la experiencia con el Padre” remarcó
Recordó las palabras de San Francisco de Asís “hay que evangelizar siempre, predicar siempre y, alguna vez, también con las palabras” que significa “evangelizar siempre con la vida, el estilo y el modo de ser”.
Aplicando las palabras “a cada uno de nosotros y a nuestro querido Instituto Alberti, aquellos que supieron iniciar hace 58 años atrás, tenían la misión de evangelizar y escogieron hacerlo atraves de la educación: educar evangelizando y evangelizar educando”.
“La educación católica asume toda la tarea de la educación, dando un plus, que es evangelizar a través de la educación” señaló.
Ánimo a los docentes a “predicar” todos los días con el “estilo, el modo de ser, con la empatía de compartir las clases, con el modo de recibir y de acompañar a los alumnos, con el clima que se crea”.
“Traten de vivir un clima de familia” alentó el obispo y, sin renunciar el lugar que a cada uno les toca, ya sea como directivo, docente o alumnos, cada uno en su lugar aporte a un clima educativo”.
Recordó a San Juan de Bosco que dijo: “el clima es determinante en el ambiente que se pueda crear en el ámbito educativo”.
“Cuando comenzaron hace 58 años atrás, tuvieron que superar muchas dificultades” recordó, al tiempo que planteó “los desafíos de hoy no son menores que el ayer”.
Profundizó “tenemos que tener la certeza de que el Señor está con nosotros” porque Él nos dice “Yo estoy contigo”.
“Si tenemos la certeza de que Dios está con nosotros, vayamos para adelante” concluyo.