Esta semana, en el ex Hotel Buenos Aires, el Superior Tribunal de Justicia entregó placas recordatorias a 140 empleados, funcionarios y magistrados por su jubilación.
Entre los distinguidos estuvo la señora María Leonor Ambrosetti de Farizano quien se desempeñó en la Biblioteca del Poder Judicial. Recibió también una medalla en reconocimiento a la labor de su esposo, Eduardo Farizano quien ejerció el cargo de presidente del Superior Tribunal de Justicia durante el período 2005 – 2009. Otro de los distinguidos fue Juan Rolando Canteros, de extensa trayectoria docente, y que inició su carrera en el Poder Judicial en la década de los 90.
Así, el Superior Tribunal de Justicia reconoció a quienes se jubilaron recientemente. Fue una emotiva ceremonia que fue presidida por el titular del Superior Tribunal de Justicia, Luis Eduardo Rey Vázquez acompañado por los ministros doctores Eduardo Panseri, Fernando Augusto Niz y Guillermo Horacio Semhan.
SECRETARIO CANTEROS
En un contacto con Radio Ciudad, uno de los distinguidos, Juan Rolando Canteros comentó sus impresiones.
Contó que su vida profesional docente se inició en los años 82 u 83, como becario en la Facultad de Ciencias Exactas. Fui integrante del área Ambiental de la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Corrientes y después vine como delegado técnico de la Dirección de Flora y Fauna, en la época de Vicentín”.
“Se me ocurrió rendir para ingresar al Poder Judicial teniendo en cuenta que las lecciones dadas por mi padre en el 1972, donde a mi hermano y a mí nos mandó a estudiar en la Academia de López Ríos y fui de alguna manera usufructuando de esta función de dactilógrafo y se me ocurrió en el 90 rendir. Ingresé en el 91 cuando se inauguró el Juzgado Laboral”.
“Estudié Abogacía en la UNNE, fue en el 93. Tengo 40 años de docencia”, precisó.
Canteros fue distinguido por su trayectoria en el Poder Judicial como Secretario Redactor a través de 30 años con la placa correspondiente. ¿Esto qué significa? Desde 1991 trabajé hasta el 2021 más o menos la mitad de esos años, 13 como empleado y después fui redactor actuario, siete años en el Juzgado de Familia. Luego terminé en el Civil 3 como actuario y en los últimos seis años terminé finalizando mi función como Secretario Relator”.
“El tema es así. Esta es la verdad, la gran sorpresa porque cuando en el trabajo uno es reconocido… Es un canto o un mimo porque para jubilarse uno tiene que tener 30 años de trabajo y eso es prácticamente una vida. Ocurren muchas cosas dentro de lo personal, lo familiar y de lo profesional, uno tiene hijos, ocurren cosas y demás. Es muy interesante y ha sido una sorpresa haberme reconocido”, indicó
