La Eucaristía tuvo lugar en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario” de Goya, donde se encuentra la tumba del obispo Alberto Devoto. Concelebraron los presbíteros Tomas von Schulz y Orlando Gutierrez. Tambien hubo una misa en el Paraje El Carmen, sobre la ruta nacional 12, lugar donde falleció trágicamente el obispo Devoto y se unieron en celebraciones simultaneas en parroquias y capillas de toda la jurisdicción diocesana.
En su homilía, monseñor Canecin, recordó momentos de la vida y el ministerio de Devoto, y resalto su vida y ministerio, su humildad y cercanía con los más pobres.
“Hacer memoria agradecida, no se trata de re editar la historia, -aclaro el obispo- si tenemos que procurar valorar, porque, el padre obispo Alberto Devoto y sus sucesores han procurado desde el magisterio de la Iglesia ser fieles y respondieron con la mayor prontitud y el mayor acierto posible a los desafíos y así manifiestan los frutos, a cada etapa de la historia” remarco.
Más adelante dijo que “Monseñor Alberto Devoto, intento y procuro, con los presbíteros y laicos de ese momento, responder con la mayor fidelidad y hoy nos toca a nosotros con la Palabra de Dios, que es la misma de siempre y desde el magisterio actual, ver como hoy nosotros ser respuesta como Iglesia toda a los desafíos”…
“La mejor manera de hacer memoria es imitar esa actitud de fidelidad” que tuvo el primer obispo de Goya.
Subrayó “Devoto supo tener un oído en el pueblo y otra en el Evangelio y, desde esa doble actitud procuro responder a los desafíos de su momento”.
“La palabra del Señor sale hoy a nuestro encuentro”, y en esa línea planteó “ser como arcilla, dóciles en manos de Dios, que es el único divino alfarero, para que Él nos moldee y desde ese molde que Dios nos regala, tratar de ser repuesta en esta etapa de la historia, como lo fue el padre Alberto Devoto y los obispos que me antecedieron”.
Animo a “escuchar los clamores de la realidad, ver la luz que brota del evangelio y ser respuesta”.
“Que la memoria agradecida de nuestro primer Padre Obispo Alberto Devoto, nos ayude a que cada uno de nosotros, nos propongamos a no reeditar lo que el intentó, sino hoy, ver cómo, desde la Palabra de Dios y el magisterio, con estas actitudes ser nosotros una Iglesia en salida, caminando juntos con estilo sinodal, llegando a todas las periferias geográficas y existenciales, sacando desde lo antiguo y de lo nuevo para poder ser respuesta a los grandes desafíos y clamores de la realidad”